
Es temprano, todavía no ha sonado el despertador. Muero de sed. Pegamento en mis pestañas. Mi pijama, su camiseta. Luz al final del pasillo. Dando tumbos llego a la cocina, bebo, comienzo a despertar. Buceo entre golosinas en la ducha. Sonrío a la chica empañada del espejo. Tres de azúcar en el café apoyada en el banco de la cocina, envuelta en una mini-toalla.No hay mucho tiempo, jeans, camiseta sixty y pelo rizado alborotado.Cara recien lavada, frescura y rizos con ilusiones dentro de pompas de jabón. Son las siete y media, corre, es tarde.
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